
DISCOS ZEPPELIN lleva trabajando desde hace 25 años en el mundo de la musica y el coleccionismo. Desde 1996 a través de nuestra web http://www.zeppelindiscos.com/ estamos en contacto con proveedores de todo el mundo, especialmente de U.S.A. y Canada; pensamos que son las ediciones más apreciadas por la calidad de sus prensajes y formatos originales.
Abarcamos todos los estilos desde el rock, country, hard-rock, blues, folk, soul, etc... de los 50`s a los 80`s aunque, cómo no, los años 70`s son nuestros favoritos.
Trabajamos muy duro día a día para conseguirte estos discos que seguro llevas años buscando en excelente estado, al mejor precio y con el mejor servicio que podemos ofrecerte.
Atendemos diariamente todos vuestros pedidos así como las preguntas y dudas que nos realizáis a través de nuestro mail info@zeppelindiscos.com
Quiza nos as visto o visitado en stands en las más importantes ferias del disco de colección de este pais a las que hemos acudido.
Así pues, esperamos encuentres material de tu interés. Posiblemente sólo dispongamos de una única copia en el caso de los vinilos, por lo que aconsejamos indicar referencias alternativas.
Nosotros sentimos el coleccionismo como algo muy personal y especial, por sus formatos su carácter creativo, cultural, el mundo que encierra, la gente y música a la que nos une. Por lo que tratamos de preservarlo con el máximo cuidado y la atención que merece.
NUESTROS INICIOS
A mis 41 años llevo coleccionando discos desde que era un niño, aquí tienes una "tierna e irónica historia" de mis primeros días como coleccionista.
Recuerdo que corrian mediados de los 70. Aquellos veranos pasados en mi pueblo, en casa de unos primos que eran, como se decía entonces, adelantados a su tiempo, porque ya contaban con unos 200 lp´s y un número indeterminado de singles y revistas musicales. Discos todos ellos objetos fascinantes para mí. Cada uno poseía su propia historia y anécdotas que mis primos me desmenuzaban día a día, y claro, muchas noches amanecimos escuchando a los Beatles, Creedence, Camel, Rolling, e imaginando sus increíbles vidas llenas de desmadres, con viajes por todo el mundo, vistiendo como querían -y no como nosotros, con ese corte de pelo que parecía que jurábamos bandera a la semana siguiente-. Como decía, pelo largo, juergas, sexo a go-go, ¡¡A quién no le gusta esto!!.
Me sentía el más feliz conejo de indias en manos de mis primos que me iniciaban en la mejor orden que existe, la de los majaras por la música.
Aquellos veranos inolvidables que pasaron demasiado deprisa influyeron en mi vida de una manera que ahora, transcurrido el tiempo, recuerdo como una de las mejores cosas que a uno le pueden ocurrir.
Comencé mi colección de discos -tendria 13 años- con Neil Young, Santana, America, Robert Gordon, Camel y poco a poco llegó un equipo de música de segunda mano que sustiyó al famoso "cosmos-maletín" que había heredado de hermanas mayores con algun single de los Free, Otis Reading, Los Mustang, etc.
Entonces deberían de costar unas 400 pts los lp´s y 100 pts los singles, claro que había que tenerlo muy claro a la hora de comprarse un disco. Me acercaba a la tienda después de haber pasado varios días antes gorroneando auricular y sabiendo hasta quién trajo los bocadillos a los musicos durante la grabación, y decia: -"Me lo llevo", palabras siempre mágicas que poco a poco se fueron repitiendo, ya que sólo pensaba en reunir dinero para el próximo y poder volver a pronunciarlas.
A mi lista de futuras adquisiciones no paraban de llegar más y más grupos que descubría en revistas como el Popular 1, Disco Exprés y alguna emisora, que también influyeron lo suyo.
Al principio uno buscaba y rebuscaba entre tiendas donde el rock era llamado todavía "música moderna" y en sus muchos rincones aparecían diamantes como fueron algunas de mis primeras compras: el doble lp "Moonflower" de Carlos Santana, el directo en el Fillmore de los Allman Brothers, el maravilloso disco de los America "Holiday" y, cómo no, el "Harvest" del gran Neil Young, todos ellos discos a los que no dejo de marcar mis huellas digitales en sus carátulas.
Entones nadie tenía el oído tan inquietantemente afinado como para oir esos ruidos que tanto atormentan a los defensores del CD. Tampoco nadie decía eso de que es un trabajo darle la vuelta a un disco, el espacio que ocupan y... ya sabes esas tonterías de los que se dejarían instalar en su cerebro un chip con la música de los 40 principales para el resto de sus días.
Un lp es un lp y pocas cosas creadas por el hombre tienen tanta entidad: suscarátulas con sus siempre sugerentes diseños, el vinilo que va guardando en sus surcos todas las escuchas que le hacemos, a veces acompañados de sus libretos con letras, fotos... en fin, tú ya me entiendes.
Al final de los años 80 empezaron a desaparecer los vinilos de las tiendas y muchos de esos maravillosos lugares donde pasamos los mejores ratos de nuestra vida o cerraban o se llenaban de fríos CD´s que al principio me recordaban a los posavasos, y su precio... ¡a algo ilegal!. Tanto los buscadores como los vendedores de vinilos nos convertimos en una especie en vías de extinción, casi merecedores de subvención... algo que le añade la emoción del que trasgrede una norma impuesta por un mercado que sólo sigue la zanahoria de los superventas.
Hoy día me dedico a estar en contacto con gente que ama este mundo del vinilo, gente como los que nos visitáis día a día y que amamos la música por encima de todo.