Hubo un tiempo en el que la música fue un arma
poderosa, una herramienta por el cambio. Ese tiempo, en el que la música
necesitó más héroes que iconos, vio surgir a dos hombres dispuestos a combatir.
Aquellos hombres fueron Woody Guthrie y Pete
Seeger. Seeger ha muerto este lunes en Nueva York a los 94 años de edad dejando un inmenso
legado que le convierte en una de las figuras más importantes y respetadas de la
música estadounidense y en un luchador por la justicia y la igualdad.
Comunista convencido, tuvo que declarar por ello
durante la caza de brujas del senador McCarthy, Seeger siempre se alineó
con los débiles, con las causas que merecían ser luchadas. Se opuso, junto a
Guthrie, a la Segunda Guerra Mundial hasta que el fantasma del nazismo
se convirtió en el gran peligro de la época. También estaría en contra
de la Guerra de Vietnam, siendo un referente para los músicos más jóvenes, y
apoyó a los afroamericanos en su conquista de los Derechos Civiles. Pero Pete
Seeger no solamente miraba a su tierra, también dejaría su pensamiento
sobre la Guerra Civil Española con un disco dedicado a las canciones
del frente Republicano cuando formaba parte de los Almanac Singers. ‘Songs of the Lincoln Battalion’, publicado
en 1948, contiene canciones como ‘Viva la Quinta Brigada’, ‘La internacional’, o
‘El valle del Járama’.
Pete Seeger combatiría con canciones, con letras
sencillas y directas que mostraban su mensaje sin artificios. Guitarrista
avanzado, su música iluminaría el camino a miles de jóvenes que
durante los sesenta vieron en su obra el poder de la música. Sus grandes
canciones irían componiendo la banda sonora de una de las épocas más convulsas
de los Estados Unidos y pasando de generación en generación ganando fuerza hasta
hacerse inmortales.
Canciones como ‘If I
had a hammer’, compuesta cuando estaba en The
Weavers, irían destinadas a remover conciencias. En los sesenta
compondría dos de sus obras más simbólicas. ‘Turn,
turn turn’, popularizada por artistas más jóvenes como The Byrds o
Joan Baez, sería uno de sus grandes éxitos junto a ‘We shall overcome’, el tema
que daría nombre al álbum que le dedicó Bruce Springsteen en 2006.
Pero el legado de Seeger es más personal que
musical. Su figura, con el paso de los años, se fue agrandando hasta convertirse
en leyenda. No solo fue el gran padre del folk, el referente de sus músicos, el
peso de Seeger va más allá. Su gran aportación a la música fue dotarla
de un mensaje, uno hermoso de igualdad y justicia, y convertir las
canciones en himnos de guerra, de batalla, de rabia. Su obra sería imparable,
poderosa, repleta de intención. Pete Seeger fue más que un cantante, que un
artista, fue un luchador con guitarra, un guía para miles de artistas en todo el
mundo que verían en su figura el poder que la música podía llegar a
alcanzar.
Los logros en la carrera de Pete Seeger serían enormes, su reconocimiento
en vida también lo sería tanto en lo musical como en su lucha política. En las
últimas décadas también ha recibido el reconocimiento de sus compañeros de
profesión. No solamente por el álbum de Springsteen, en 1998 se publicó ‘Where
Have All the Flowers Gone: the Songs of Pete Seeger’, un sincero homenaje
musical en el que participan decenas de músicos que tomaron el testigo de las
batallas de Seeger, un comunista convencido en un país que odiaba el comunismo,
un luchador infatigable que cambió el fusil por la guitarra, un pionero, un
valiente, un músico, por desgracia, de otra época. Hoy dicen las noticias que ha muerto Pete
Seeger, el último héroe del folk se ha ido. Esta noche se
encenderán velas en el Greenwich Village de Nueva York y jóvenes melenudos
volverán a Washington Square Park a tocar sus viejas canciones y quizá alguno
retome sus batallas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario